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El mercado de la automoción está cambiando deprisa. La innovación en autonomía, electrificación y movilidad ha transformado la industria y no muestra signos de desaceleración. Las exigencias de los consumidores cambian cada día, y solicitan coches más conectados o mayores niveles de seguridad. Por su parte, los gobiernos crean a diario nuevas normativas para apoyar las tendencias mundiales hacia una sociedad más ecológica.
Además, el software ahora se ha erigido en el componente más crítico de los vehículos nuevos. El software se utiliza a través de aplicaciones en los vehículos que están conectadas a los consumidores, entre otros en las tecnologías de detección para la autonomía, en la electricidad/electrónica y en los sistemas incrustados. Está en todas partes, desde un chip en el coche hasta un semáforo en la infraestructura de una ciudad. Para complicar aún más las cosas, las startups y las grandes tecnológicas del mercado ahora están compitiendo con los OEMs y los proveedores tradicionales por el liderazgo automovilístico.
¿Cuál es el resultado? Complejidad. Aunque el mercado del automóvil siempre ha sido complejo, no es nada en comparación con el actual. El desarrollo de vehículos es más complicado de lo que nadie podía imaginar. Para abordarlo, será necesaria una revolución del proceso apoyada en un enfoque integrado de ingeniería de sistemas basada en modelos (MBSE). El enfoque de ingeniería de sistemas y software MBSE de Siemens permite a los fabricantes de automóviles gestionar sus sistemas de forma que empiecen integrados y sigan estándolo. El resultado es la capacidad de desarrollar los vehículos complejos que demandan los clientes y exigen los gobiernos. Es decir, impulsa el cambio que transforme la conducción.
